24/7/09

Bruno Salas, nuevo Embajador Internacional de Silkey

Con motivo de su presentación en el evento Silkey Mundial Moda & Coiffure, llevado a cabo en el Predio Ferial La Rural, en Buenos Aires, Salon/Press entrevistó al Maestro Bruno Salas. Además del tema de su reciente designación como Coordinador Artístico y Embajador Internacional de Silkey, habló sobre la profesión, su carrera y los proyectos que tiene a futuro.

¿Cómo fue tu 2008?

Fue un año muy importante para mí, ya estaba con expectativas del fin de una etapa que fue muy rica, desde el 2000 al 2008, y este 2009 que recién comienza. A mediados del año pasado tuve una propuesta muy interesante de Silkey. Luego de tomarme unos meses para analizarla, a partir de marzo comencé como Coordinador Artístico y Embajador Internacional de la empresa. Y si bien mi carrera fue acompañada prácticamente casi en los últimos 30 años por Silkey, siempre me declaré “obelisco nacional de los peluqueros” porque me gustaba estar en el lugar donde más me necesitaban. Creo que uno va cumpliendo etapas, va creciendo, vienen otras generaciones de talentos nuevos, hay que dar lugar. Y yo creo que en este momento, a esta altura de mi carrera, logré casi todos los objetivos con que había soñado cuando tenía 8 ó 9 años. Y, por sobre todas las cosas, la riqueza más grande: el cariño, el afecto y el respeto de mis colegas, desde los más grandes hasta los que están comenzando en las escuelas.

¿Es una nueva etapa profesional?

Creo que mi tiempo de cambio es este, dedicando mi creatividad a full para que la profesión pueda crecer en nuestro país. Más allá de representar a una empresa, quiero que se sienta que Bruno Salas representa al peluquero de este país, especialmente al que está empezando, para que vea una cultura y filosofía de trabajo diferentes, con parámetros para seguir, y para empezar a mentalizar a las nuevas generaciones que en el mundo de la belleza hay códigos, ética y respeto mutuo. Cada uno ocupa el lugar que merece, el que va ganando a través del tiempo y de su trayectoria. Nadie es más que nadie, simplemente son espacios diferentes. Y el que uno desea cuando comienza siempre es de otro, que está volando alto. Lo que no nos damos cuenta es que cuando nosotros tenemos esos deseos es que empezamos a volar desde abajo, y lo lindo es admirar a los que están arriba para poder crecer. Toda Latinoamérica hermanada hoy en día tiene la misma calidad de servicio y de trabajo que el resto del mundo. Pero si también no lo hacemos con Europa y Estados Unidos, en una sola comunidad de peluqueros y hacedores de la estética, nos vamos a quedar en eso nada más. Y este es un rubro muy grande para  crecer y seguir generando ídolos.

¿Cuáles fueron tus referentes antes y ahora?

En prinicipio, los grandes maestros argentinos. Yo fui autodidacta. Estudié peluquería en Fapya 3 meses. A los 13 años fui al primer casting que me enteré y me tomaron, pero porque era gordito y flequilludo y al gran Juan Carlos Altopiedi, en Barrio Norte, le pareció innovador tener un asistente así. Después me aconsejó que buscara mis propios horizontes. Tuve la escuela de los grandes maestros argentinos: Joseph, Flavio Orsini, Fabián Sigona y Coty de Moreno. Aprendí viéndolos trabajar. Hoy comparto con grandes amigos que son parámetros del buen gusto, de la belleza, de la estética, del don de gente, de la caballerosidad que debe tener un artista de la moda. Por ejemplo, mi amigo Oscar Colombo, con quien es un orgullo compartir un escenario. Y del exterior, muchos: Mahogany, Tony&Guy, Vidal Sassoon. Hoy, en Silkey, comparto en forma directa con el Team Gandini, con Renata y Ana Rosa. Estuve 10 días en Verona, Italia, con ellas y su equipo, y ahora muy feliz compartiendo trabajo a nivel internacional. Mientras vea que hay un parámetro para alcanzar, siento que tengo juventud en la sangre para seguir creciendo. Eso para mí es fundamental.


¿Cómo fue la presentación en Silkey?

Mi creación fue un éxito: el show “Gemas 40 Kilates”, un homenaje para los 40 años de Silkey. El domingo, con 40 profesionales estrictamente elegidos por su trayectoria y su peso profesional, del pasado, presente y del futuro. Al día siguiente, con las 12 gemas que marcan el presente y el futuro de la peluquería joven, donde me incorporé haciendo un peinadito en una modelo muy especial. Como quería que el show hablara sobre el racismo, puse modelos morenas, pelirrojas y orientales. Mi desafío fue coordinar “Gemas 2009” en el aniversario de Silkey.

¿Cómo sigue tu año?

A partir de acá hay una agenda increíble, la que soñé toda mi vida y pensaba que nunca podía llegar. Y espero poder representar como embajador internacional a la alta peluquería de mi país. Pero, para hacerlo, necesito apoyarme, incentivarme y alimentarme de las ideas de otros grandes profesionales argentinos. Porque un embajador necesita de un equipo grandealrededor. Mi consigna es trasladar este título año tras año a nuevos embajadores para que puedan crear, siempre y cuando se liberen de los egos, los celos profesionales y el querer sobresalir. Porque cuando un profesional se sube a una tarima debe tener una consigna: que lo que va a mostrar lo pueda aprender o capitalizar alguien que sabe menos. No somos artistas de Hollywood ni mediáticos de la televisión, sino artistas de la belleza. Entonces, cuando subimos al escenario, ya sea para mostrar un peinado, un corte o una técnica, no subimos solamente para el aplauso, el cariño y la aprobación de nuestros colegas, sino para que alguien aprenda un detalle, lo lleve a su salón y crezca profesionalmente. Porque las estrellas en la peluquería nacional desaparecieron. Hoy hay trabajadores de la estética, más o menos dedicados, pero todos con la posibilidad de crecer y llegar al mismo lugar.

Entrevista publicada en Salon/Press Nro. 86

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